Nuestro producto nació de la escucha comprometida de una problemática latente en nuestra
comunidad. A unas cuadras de la escuela se encuentra la gruta de Lourdes, una institución
eclesial central de nuestra zona portuaria. La hermana Silvia junto a la administradora Silvana
Dulin se acercaron a la escuela para expresar su necesidad.
Ante el escenario económico social que estamos transitando y conscientes de que el único
ingreso con el que cuentan para solventar la magnitud de los gastos que representan
mantener la gruta abierta, es que comenzaron a idear posibles líneas de negocio alternativos.
A partir de la donación recibida de una máquina de sublimación junto con una cantidad de
tazas blancas lisas, lo único que les faltaba para dar forma al emprendimiento, era el factor era
el recurso humano.
Es ahí donde la escuela encontró y armonizó un puente de ayuda mutua. Junto al marco del
proyecto de Junior Achievement y el ideario institucional de las escuelas parroquiales, se fue
forjando este proyecto mutuo.
Pudiendo adentramos a las exigencias de una organización con tiempos, entregables,
objetivos, coordinación, trabajo, comunicación y desafíos a alcanzar, sino que también
cumplimos con un fin social.